Juegos Santiago 2023 en la recta final y un Directorio sin margen de error

Como un hecho que podría calificarse de políticamente correcto, la ex ministra del Deporte, Alexandra Benado, presentó su renuncia el 10 de marzo a la Presidencia del Directorio de la Corporación Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023, responsabilidad que tenía desde el 17 de marzo del 2022. No alcanzó a cumplir un año en el cargo.

La Asamblea General de Socios Fundadores de la aludida Corporación, es decir, tres representantes del Instituto Nacional del Deporte (IND) y dos del Comité Olímpico de Chile (COCH), la nombró a ella (seguramente porque ella lo pidió) para presidir esta instancia clave de la organización de los Juegos de octubre y noviembre.

La renuncia de Benado a ese cargo en el contexto del nombramiento de Jaime Pizarro como nuevo Ministro del Deporte, puede implicar una serie de cambios al interior de la Corporación que tiene como única misión organizar los Juegos Santiago 2023. Éstos se inauguran en 219 días más los Panamericanos y en 244 días los Parapanamericanos. En pocas palabras, Santiago 2023 está en la recta final.

¿Se podrán con tranquilidad izar los pabellones el 20 de octubre?.

Una hipótesis indica que con el equipo pasado será muy difícil hacer un evento a la altura de las circunstancias.

Otra posibilidad es que para llegar bien y no haber bochornos organizativos explícitos, se requieren más cambios además de la salida de la ex ministra Benado.

Desde que se creó la Corporación Santiago 2023 a fines de 2018 (la sede se ganó en noviembre de 2017), ha habido tres Directorios y el mismo número de presidentes de esta orgánica.

Si, ahora, a siete meses de los eventos multideportivos más masivos de la historia del país, estamos ante una cuarta persona que presida este importante organización y, potencialmente, esta persona requiera renovar parte del directorio, es porque estaríamos en presencia de inconvenientes no menores en el desafío de albergar en nuestra capital a 8.000 deportistas de 41 países de América, quienes competirán en más de 50 deportes, lo que requiere una amplia y muy profesional logística, como también una coordinación fina en múltiples materias.

Hay temas tales como licitaciones aún no realizadas (transporte y seguridad son un botón de muestra); capacitar íntegramente a los 15 mil voluntarios, quienes aún se están inscribiendo; terminar las inconclusas y atrasadas obras de infraestructura, especialmente en el Estadio Nacional; tener solucionados todos los pasos a dar para el Control de Dopaje, que requiere visaciones internas y externas de complejidad; y manejar recursos públicos solo este 2023 que ascienden a MM$ 211.000 millones de pesos (US$ 243 millones de dólares), los que exigen transparencia y orden en su uso, lo que no ha sido la constante en una mirada retrospectiva corto plazo.

Por tanto, esta cuarta presidencia de la Corporación, que se pretende sea la última antes de los Juegos, no contará con márgenes de error.

Así los hechos, aparece muy lógico el cambio de timón decidido por el Presidente Gabriel Boric.

El 10 de marzo pasado, en forma amable y elocuente se dirigió en La Moneda al nuevo ministro del Deporte, Jaime Pizarro, ex jugador de la Selección de Chile de Fútbol y ex subsecretario del Deporte en el gobierno del Michelle Bachelet (2007-2009).

Le dijo: “Maestro: que los Panamericanos y Parapanamericanos sean una fiesta continental de la cual todo Chile se sienta parte y que permee ese entusiasmo no solamente en los lugares donde seremos sede, sino en todo el territorio del país”.

Esas palabras fueron claras. Se centraron en un objetivo urgente. Los Juegos continentales tienen que hacerse y bien. Es decir, hay que superar los atrasos, descoordinaciones y gestiones no realizadas o que han sido mal ejecutadas.

El Estado, hasta el presente, está invirtiendo cerca de US$ 760 millones de dólares en los dos eventos, cifra ya muy superior al presupuesto inicial de 2017 de US$ 380 millones, que objetivamente no era del todo suficiente, pero era un buen piso de salida.

Ante el corto tiempo restante y lo mucho que falta por hacer, el Comité Organizador tendrá que reimpulsarse y, como parte de este vertiginoso proceso, habrá que elegir en los próximos días a la persona que lo presidirá.

Al mismo tiempo, habrá que decidir si continúa trabajando el mismo directorio y equipo de profesionales que trabajó con la ex ministra Benado o se harán cambios en algunos de los cargos más sensibles.

Entre esos cargos está el del Secretario/a Ejecutiva de la Corporación, que desde el 17 de marzo pasado ocupa Gianna Cunazza, propuesta en su oportunidad por la Asamblea General de Socios.

El procedimiento para nombrar al o la Presidente de la Corporación y a quienes acompañen su gestión, en caso de haber más cambios, implicará que la Asamblea General de Socios Fundadores (de la Corporación), tiene que ser convocada por quien la preside, el Director del Instituto Nacional de Deportes (IND), Israel Castro.

En esa reunión, que será extraordinaria, y que debe realizarse en los próximos días, la Asamblea tendrá la palabra y la misión de resolver el o los nombres que conduzcan a puerto a Santiago 2023.

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Columna escrita por Pedro Lira Bianchi
Foto: Archivo Santiago 2023