Columna de Opinión escrita por Jorge Flández Valderrama
Dr. en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Han finalizado los II Juegos Panamericanos Junior y como es habitual se desarrollan diversos análisis con distintas aproximaciones técnicas y políticas.
El desempeño deportivo internacional se encuentra firmemente sustentado en distintas regiones y comunas del país. Esto se evidencia al analizar de manera objetiva los logros obtenidos por deportistas regionales en diversos megaeventos internacionales, quienes aportan significativamente al medallero nacional a pesar de sus variables demográficas, climáticas y macroeconómicas.
Este fenómeno, se refleja en la actuación nacional en los II Juegos Panamericanos Junior, desarrollados en Asunción, Paraguay, y en la posición país obtenida a nivel continental.
A modo de ejemplo y sobre la base del paradigma positivista y descriptivo, se observa un importante aporte de medallas de oro como: remo, ciclismo, tiro, esgrima, canotaje, entre otras, donde más del 70% de los deportistas jóvenes pertenecen a comunas y regiones del país, tales como Los Ríos, Maule, O’Higgins, Antofagasta, Valparaíso, Bio Bio, Los Lagos, Araucanía, entre otras (figura 1).

En el mismo ámbito, Chile participó con 28 deportes. De estas disciplinas- diecinueve- contribuyeron al medallero nacional, lo que representa el 68 % del total de deportes participantes. De este porcentaje, siete de estos deportes aportan medallas de oro, entre los cuales se encuentran deportistas que surgen y se desarrollan en comunas (figuras 2 y 3).
Desde la perspectiva de género, se observa un equilibrio del aporte en cuanto a medallas de oro obtenidas lo que se acerca a lo estipulado por la ONU en la agenda 2020+5. Una característica de los jóvenes medallistas es que actualmente realizan sus estudios en la educación superior y otros, aun cursan estudios en la enseñanza media.
Resulta relevante señalar que la mayoría de estos deportistas tengan miembros de su grupo familiar con experiencias deportivas previas y que actúan como especial referentes.

A pesar de no existir una consagración constitucional expresa del derecho al deporte, las regiones han asumido la responsabilidad de crear condiciones para su desarrollo a través de diferentes estructuras, normativas y líneas de desarrollo comunal y regional. Dichas condiciones se intensifican y adquieren un carácter más identitario cuando se aproximan mega eventos internacionales, lo que genera una amplia discusión política, técnica, académica y socioeducativa.
Las causas de este fenómeno son múltiples. Cuentan con una escala de formación y desarrollo bien organizado, con historial, clubes históricos y referentes permanentes, y se enmarcan en ciertos factores que se vinculan a distintos niveles y espacios de influencia.
A nivel macrosocial, incluyen talento, familia, motivaciones, escuelas deportivas, monitores, técnicos y dirigentes de excelencia, colegios, amigos y sueños deportivos; a nivel mesosocial, abarcan clubes, asociaciones, universidades locales, becas, ingresos deportivos, investigación, gobierno local y regional, prensa regional, empresas regionales; y a nivel macrosocial, comprenden federaciones, plan olímpico,
Mindep, IND, prensa nacional, ciencia, entre otros. 
Todos estos factores, representan influencias significativas con alto reconocimiento social de sus deportistas, lo que permite acompañar los procesos deportivos regionales y nacionales con entusiasmo, sentido de pertenencia y una visión articulada y sistémica a escala regional en dialogo con las estructuras nacionales.
Se suma a ello, el principio de la ventaja comparativa, acuñada por el economista británico durante el siglo XX, quien explicaba cómo las naciones y regiones, en virtud de sus ventajas comparativas en un determinado sector de la producción, se beneficiaban con un retorno positivo en el comercio internacional.
Esta Tesis fue retomada por Michel Lowry, miembro en su momento del Comité Olímpico de Canadá, quien la aplica en el campo deportivo para explicar los resultados en los Juegos Olímpicos.
Lowry (citado por Hilsenrath, 2004), expresa “Cada vez son más los países que están concentrados en su propia ventaja comparativa en deportes…”

En el alto rendimiento relativo y absoluto, existen diversos ejemplos de países que han focalizado sus disciplinas y especialidades, inspiradas en las ventajas comparativas que poseían.
Kenia, Etiopia y otros países africanos en pruebas de fondo; Jamaica en pruebas de velocidad; China en gimnasia artística y tenis de mesa; Japón en judo; Francia en esgrima; Canadá en deportes de invierno; Nueva Zelanda en remo y rugby; Dinamarca en remo y patinaje de velocidad sobre hielo, entre otros. El remo en Valdivia o el Ciclismo en el Maule y O’Higgins son ejemplos de esta estrategia, lo que no impide el desarrollo y la proyección de otras disciplinas.
Estos principios y factores, se manifiestan en las regiones a los que se suman, la perseverancia y la disciplina de sus deportistas de proyección. Junto a sus técnicos y monitores, entrenan desde muy temprano, incluso de madrugada, trabajando en sus sueños deportivos, postergando en muchas ocasiones sus relaciones sociales y centrando sus esfuerzos en ser deportistas – estudiantes y no solo estudiantes – deportistas.
No obstante, a pesar de algunas señales y los relativos avances en procesos de regionalización y descentralización, Chile aún sigue siendo un país subordinado al nivel central, con desigualdades territoriales y una distribución poco equitativa en las oportunidades.
En este sentido, el significativo aporte al medallero nacional, invita a la estructura política, financiera y deportiva nacional a mirar a las regiones con otros ojos, a desatar nudos críticos y a reflexionar acerca del actual modelo y modo de gobernanza y de gestión nacional.
Si bien existe una política nacional sectorial, esta continúa siendo vertical hacia las regiones, lo que exige resignificar sus aportes y delegar la toma de decisiones que aborde las necesidades específicas y urgentes de cada territorio.
Lo anterior, requiere de una estructura y gobernanza que permitan una mayor descentralización y desconcentración de las acciones en regiones. A ello debe sumarse un sistema de financiamiento y valoración del ecosistema deportivo regional que fortalezca los clubes (célula del desarrollo deportivo federado), sus asociaciones, posibilidades de mayores perfeccionamientos, la valoración de sus recursos humanos en distintos ámbitos, así como el rol los municipios y el traspaso de más competencias a los gobiernos regionales.
Finalmente, de acuerdo a la evidencia comparada, en países con tradición deportiva de alto rendimiento, además de ampliar el concepto de cultura, los procesos de descentralización y regionalización ya están instalados y se ponen al servicio de sus comunidades y de las estructuras comunales, provinciales y regionales organizadas.
En síntesis, se espera que este entusiasmo y la cobertura mediática en el espacio público, el Estado de Chile y la institucionalidad deportiva nacional pueda continuar dando nuevos pasos, examinar el fenómeno , atender este nuevo desafío y oportunidad estratégica para Chile, empoderando a los territorios, destinar nuevos esfuerzos y señales para que este eslabón clave – regiones y comunas – continúen aportando y proyectando al desarrollo de las y los deportistas de alto rendimiento relativo y absoluto de las regiones así como al desarrollo de la actividad física y el deporte en general.
Jorge Flández Valderrama es Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Académico e Investigador, Vicepresidente de la Asociación Chilena de Profesores de Educación Física – ACHIPEF, Presidente del Comité de Emblemáticos del deporte y la actividad física de Valdivia y Coach World Athletics – Level II
Foto Team Chile Canotaje: Team Chile

 
Una respuesta a «Opinión: Juegos Panamericanos Junior, medallas y descentralización: una oportunidad para Chile»
Respecto a los deportes desarrollados, añadiría el Canotaje en Bíobío y otros como el Tiro (Skeet y al Blanco) y la Natación Artística, por cierto, este año, a no olvidar que organizamos los Parapanamericanos Juveniles 2025.