El país está de luto. A los 91 años falleció en Estados Unidos, Luis Ayala, leyenda no solo del tenis sino que del deporte nacional.
La información fue entregada a través de un comunicado publicado por la Federación de Tenis de Chile en su sitio web, pasado el medio día de este miércoles.
Nacido un 18 de septiembre de 1932, Ayala es un nombre que está dentro de los grandes del deporte nacional.
Fue uno de los más grandes en la historia del tenis chileno, sitial al cual llegó tras ser finalista de Roland Garros en los años 1959 y 1960. En la versión de 1959 cayó ante el australiano Mervyn Rose mientras que en 1960 perdió ante el italiano Nicola Pietrangeli.
Previamente, en 1956, se alzó como el mejor de Roland Garros en el dobles mixto junto a la australiana Thelma Coyne.
En 9 oportunidades se coronó campeón de Chile a nivel individual.
En los Juegos Panamericanos de Chicago 1959 se quedó con la medalla de oro, a la que sumó la medalla de plata en dobles en Buenos Aires 1951 y el bronce individual en Ciudad de México 1955.
A su palmarés también se debe agregar su coronación en el abierto de Italia (hoy en día conocido como el Master 1000 de Roma) en el año 1959, año en el que llegó a ser número 5 del mundo, de acuerdo al ranking generado por revistas especializadas como era entonces, siendo el primer chileno en estar entre los 10 mejores del tenis mundial.
En total, Ayala logró nada menos que 46 títulos individuales en su carrera deportiva.
Además, representó a nuestro país en la Copa Davis en 18 oportunidades como jugador.
Se puede decir, sin temor a equivocarse, que con Luis Ayala comenzó a darse la profesionalización del tenis masculino nacional.
No solo eso, Ayala compitió en las tres épocas del tenis moderno: la del amateurismo, la de la profesionalización y la «era abierta».
Pero su relación con el tenis no se acabó una vez que dejó la competencia. Como entrenador tuvo a su cargo al equipo nacional de Copa Davis entre 1974 y 1983. Fue el quien estuvo en la banca en la final ante Italia, disputada en el Court Central del Estadio Nacional, en 1976, con el equipo conformado por Patricio Cornejo, Jaime Fillol y Belus Prajoux.
Radicado desde hace años en Texas, Estados Unidos, Ayala dejó un gran legado y demostró que los tenistas nacionales podían ser altamente competitivos en el extranjero.
Hoy se apagó la existencia de uno de los mejores tenistas de nuestra historia. Es de esperar que su nombre y su historia se sigan contando para el asombro y el orgullo de las nuevas generaciones de tenistas nacionales.
Escrito por Daniel Arellano
Foto: Harry Pot – Nationaal Archief, CC BY 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=45966036