Y llegó el día. El Dakar ya está en Chile y, al momento de escribir esta nota, se encuentran en camino a Valparaiso. Serán cuatro días en que esta competencia recorrerá diversos caminos de la zona centro-norte de nuestro país, antes de volver a Argentina.
La llegada no podía ser mejor luego del primer lugar obtenido por «Chaleco» López en la etapa corrida en territorio argentino, convirtiéndose en el segundo chileno en ganar una etapa del Dakar luego de Carlo de Gavardo.
Mañana sábado será día de descanso, específicamente en el sector de Playa Ancha, estando los autos y los camiones en las canchas del complejo Alejo Barrios y las motos en el Estadio Municipal.
La carrera en si, en su etapa chilena, parte este domingo con la largada desde Valparaiso hasta llegar a La Serena. El lunes el tramo será entre La Serena y Copiapó, para terminar el martes en que la caravana partirá en Copiapó para volver a Argentina.
Para que estamos con cosas, el Dakar es, a mi juicio, un gran evento deportivo, que no tiene nada que envidiarle a un Mundial de Fútbol, y que tendremos la suerte de tener en nuestro país, el cual será seguido por alrededor de 800 millones de televidentes en todo el mundo. Por eso el desafío es grande para la organización chilena, y también para el público el cual debe demostrar que sabemos estar a la altura de estos eventos mundiales.
Ahora solo queda disfrutar y apoyar a los chilenos como «Chaleco» López, Carlo De Gavardo, Jaime Prohens y otros más que se me quedan en el tintero. El Dakar ha llegado a Chile, disfrutemoslo.
Escrito por Daniel Arellano
Link: Para seguir el Rally por nuestro país
Foto: La Tercera
Una respuesta a «Bienvenido Dakar»
Hola Daniel:
Al menos los espontáneos, artesanales y bien intencionados letreros de los espectadores chilenos, demuestran un enorme y elogiable afán de comunicación.
A título de comparación, en las afamadas Torres del Paine, en que a los turistas extranjeros les cobran más que a los chilenos por ingresar, ni siquiera se encuentra una mínima indicación traducida al inglés, contrariamente a las bienvenidas de las fotos.
Es elogiable.