La donación de 80 millones de pesos en equipamiento para Tomás González, por parte del empresario Leonardo Farkas, pone nuevamente en la palestra el tema del financiamiento de los deportistas chilenos, sobre todo de aquellos cuyos deportes no tienen tanta difusión en los medios. Uno se pregunta, necesitaremos a mecenas que financien el deporte chileno?.
Todos hemos visto como se han perdido varios deportistas de calidad debido a la falta de dinero, el cual es necesario para pagar un equipo técnico de calidad, tener los implementos de entrenamiento necesarios, ropa deportiva, viajes, estadias, etc. Si bien se ha avanzado de a poco en esta instancia, aún estamos lejos de lo que sucede en paises desarrollados.
En el ámbito escolar, la realización de la actividad física está, a mi juicio, en buenas manos. Tanto el Estado como los privados se han dado cuenta de la importancia del deporte, lo han fomentado a través de diversas instancias como los Juegos Bicentenario o competencias entre diversos colegios. El problema comienza a darse cuando alguno de estos deportistas demuestra condiciones que pueden hacerlo llegar lejos con un entrenamiento y un financiamiento adecuado de su carrera deportiva.
Es en este periodo de transición entre el descubrimiento de un posible atleta de elite hasta la obtención de triunfos importantes, donde está la gran piedra en el zapato del deporte chileno. Lamentablemente, las empresas privadas funcionan como tales y, por ende, buscan un retorno de sus inversiones lo más rápido posible. Lo malo, es que en el deporte ese retorno se demora, porque el proceso para formar a un deportista de elite es largo.
Por eso da un poco de rabia que chicos con actitudes y talento dejen de lado su sueño de ser profesionales del deporte. En Chile aún no se asume a la actividad deportiva como una profesión como cualquier otra. De hecho, ni siquiera las universidades se la juegan por el deporte de elite, algo contrario a lo que sucede, por ejemplo, en USA, donde estas se pelean a los deportistas, la cantidad de becas para ellas es mayor que en Chile y se les dan muchas más facilidades para compatibilizar el deporte y los estudios. Allá saben que un buen deportista equivale a prestigio en las competencias nacionales con otras universidades.
Quizás hoy necesitamos a mecenas, gente con dinero que se la juegue apoyando personalmente a aquellos deportistas con proyección y que pueden darnos grandes triunfos en sus respectivas disciplinas. Lo de Leonardo Farkas es una buena señal y, espero, otros empresarios se la jueguen por el deporte chileno. Sería una manera interesante de demostrar aquello del bienestar social y a la comunidad, de los cual muchos empresarios predican, pero no practican.
Escrito por: Daniel Arellano