Los recién terminados Juegos Panamericanos dejan una cosecha histórica de medallas (43) y varias reflexiones sobre lo que se ha realizado bien y lo que se debe cambiar.
Lo que da esperanza en el futuro es la gran cantidad de deportistas jóvenes que obtuvieron medallas, si bien fueron muchas de plata y bronce, da una idea de que para los Panamericanos que se realizarán el año 2015 en Canadá estos deportistas deberían estar en edades más peak de rendimiento. No sería de extrañar que en Toronto la cantidad de medallas de oro aumente e incluso tengamos más representantes en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
El aporte que se ha realizado a través de la colaboración público-privada mediante el programa ADO Chile, si bien no es suficiente, ha generado un aporte importante para que muchos de nuestros deportistas puedan llegar mejor preparados a estas instancias. Si antes los recursos alcanzaban para que la mayoría llegara solo a los Juegos ODESUR, como máximo, hoy muchos pueden alargar su participación en el ciclo olímpico y tener mayor roce internacional compitiendo con los mejores del mundo en sus disciplinas, preferencialmente fuera de Chile.
Pero no todo fue perfecto en estos juegos para los chilenos. Basta mencionar el atraso en la llegada de los botes para el remo, el uso de un arco prestado por parte de Denisse Van Lamoen o lo que sucedió con la selección de tiro skeet que no pudo ingresar la cantidad de municiones que necesitaban para los entrenamientos, debiendo hacer malabares para poder entrenar. Cosas como estas demuestran que aún nos falta mucho que avanzar, sobre todo en el área dirigencial. No se puede negar que existen federaciones que están haciendo bien las cosas (la del hockey césped es un ejemplo), pero en otras se debe mejorar. Lo que sucedió con la Federación de Gimnasia debería poner en aviso al resto de las Federaciones de lo que puede ser su futuro si es que sus dirigentes no mantienen la probidad y una gestión ética.
Queda para la reflexión, además, que ya es tiempo de que las empresas privadas se la jueguen por el auspicio a los deportistas, sobre todo aquellos que están en etapas menores pero que poseen mucho futuro. Los privados deben entender que primero se auspicia al deportista para que este pueda obtener triunfos y no al revés. Solo de esa manera gente como el triatleta Esteban Bustos, la gimnasta Valeska González o las selecciones de handball, por nombrar algunos, obtengan el roce competitivo que necesitan para mejorar sus actuaciones y pelear medallas de igual a igual con las más grandes potencias deportivas, tanto de América como las de nivel mundial.
Las 43 medallas son un avance en la dirección correcta pero aún falta mucho para hablar de una verdadera política estatal de apoyo al deporte. Veremos que pasa, más que en Londres 2012, con lo que será el desafío de los ODESUR 2014, donde seremos locales y eso debería reflejarse en el medallero, si no se cometen errores.
Escrito por: Daniel Arellano