A partir de esta semana estaremos publicando una serie de post en los cuales recordaremos todas las medallas obtenidas por Chile en los Juegos Olímpicos y, para comenzar, vamos con la primera presea lograda por nuestro país en manos de Manuel Plaza.
Primero recordar que en 1928 los Juegos Olímpicos no son lo que vemos hoy. Tenían un enfoque mucho más amateur con deportistas que debían realizar largos viajes que duraban incluso meses para poder llegar a la sede de los Juegos. Además las comunicaciones no eran tan rápidas como hoy. Como mucho teníamos la radio, aunque en Chile llevaba solo algunos años al aire y pocos tenían un receptor en su casa. Por esos años el cable telegráfico era la «internet» de los años ’20 (guardando las proporciones del caso)
Manuel Plaza nació un 17 de marzo del año 1900 y su llegada al maratón se debió a una casualidad: Era suplementero por lo que en su trabajo debía recorrer grandes distancias llevando una cantidad no menor de periódicos.
Plaza dominó las pruebas de fondo en Sudamérica en la década de 1920, fue tercero en 5.000 metros y segundo en 10.000 metros durante el Campeonato Sudamericano de 1923, además de cuatro medallas de oro en cada una de las tres ediciones siguientes de estos campeonatos (1924, 1926 y 1927), en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros, cross y 3.000 metros por equipos. Además fue el abanderado chileno en Paris 1924 y Amsterdam 1928.
En la maratón de París 1924, Plaza daba una muestra de su gran nivel alcanzando el sexto lugar pero su gran hazaña llegaría en los Juegos Olímpicos de 1928.
14 días antes de la maratón escribía así una carta a su hermano, Luis Plaza:” En estos momentos en que te escribo estoy en vísperas de mi gran carrera y sólo espero de correr para ver si puedo darle a Chile algún puesto de honor. Solo me cabe de encargarte de que cuides mi trabajo, lo desempeñes de la mejor forma posible, no contrari es a la Rosa hace lo que ella te diga y vigila de que los chiquillos se porten bien i no agan pasar rabias a mi esposa”.
Pero vamos al día de la Maratón en Amsterdam. La carrera fue alrededor de las 10:00 hrs de Chile. En Santiago una gran cantidad de personas se encontraba en el hall del diario El Mercurio (que por entonces se encontraba en la esquina de Morandé y Compañia) esperando las noticias que llegaban a través del cable telegráfico.
Plaza, fiel a su costumbre, partió entre los últimos del grupo. A los 19 kilómetros de la carrera comenzó a sufrir un fuerte dolor en la rodilla que lo tuvo a punto de retirarse de la competencia y, si bien continuó en carrera, lo retrasó bastante.
Pasado el kilómetro 20 Plaza se sintió mejor y comenzó a adelantar a varios corredores. Mientras en Santiago el primer cable llegaba tras 1 hora de carrera e informaba lo siguiente: «Amsterdam, 5- (Flash).- A los 28 kilómetros de la maratón, Tsuda de Japón, iba en el primer lugar, Yamada, también de Japón, en el segundo lugar; y en el tercero iba Brickett, de Canadá. Manuel Plaza corría en el duodécimo lugar.-( U.P.I.)».
Para el kilómetro 36, Plaza ya marchaba en el sexto puesto. Cuando quedaban 8 kilómetros para la meta en el Estadio el chileno estaba quinto y a falta de dos kilómetros ya se encontraba en el segundo lugar detrás del argelino, representando a Francia, El Bouguerra Quafi.
Pese a que Plaza intentó un ataque, el argelino aguantó bien y logró cruzar la meta en el primer lugar totalmente extenuado, seguido de Manuel Plaza quien conseguía la medalla de plata para Chile, la primera de la historia para nuestro país.
La leyenda dice que Plaza perdió la medalla de oro porque tomó una ruta equivocada durante el recorrido de la Maratón, algo que no pasa más allá de un mito ya que la realidad indica que eso jamás sucedió.
Textos carta y cable: LUN y Chile.com, respectivamente.
Fuente Principal: Chile.com