¿Quién paga todo esto?

El título de esta nota, «robado» a los amigos españoles de CTXT, parece no ser el que uno se esperaría en un medio deportivo, pero en los tiempos que corren es una pregunta más que necesaria.

Probablemente, querido lector o querida lectora, muchas veces te has preguntado como se sostiene un medio como El Deportero, como aguanta casi 17 años levantando información sobre disciplinas poco masivas y que no tienen la atención de los medios como lo tiene el fútbol.

La verdad es que El Deportero se ha mantenido por tozudez de quien escribe. De hecho, a finales de marzo del 2024 este medio estuvo a punto de cerrar las cortinas porque los números en la cuenta bancaria no eran, ni son, precisamente para saltar de alegría.

Es entonces que la pregunta de ¿Quién paga todo esto? es más que atingente. Porque, probablemente no lo sepas o en una de esas si, en este país cuesta sacar un medio adelante cuando no existe una espalda económica fuerte, un empresario con una ancha billetera que saque dinero sin preguntar para pagar sueldos y gastos o bien una empresa que ponga un dineral en publicidad.

El Deportero no cumple con ninguno de esos casos: no hay una espalda económica fuerte, no depende de un empresario, mecenas, magnate o un poderoso grupo empresarial, no tiene ningún tipo de publicidad y las casas de apuestas deportivas están vetadas debido a lo nefastas que son para el deporte y para las personas.

Parecen lejanos esos tiempos en que se pagaba para poder acceder a la información, cuando era de lo más normal pagar para comprar el diario o la revista que querías leer. Hoy, parece que lo se quiere es información gratuita y de calidad, pero aunque no lo creas, la información tiene un costo.

Contratar un periodista por media jornada, con un sueldo decente + AFP + salud tiene un valor de unos 7 millones de pesos al año. Y estamos hablando solo de una persona. Dos o tres contrataciones hacen subir ese valor a 14 o 21 millones de pesos anuales, respectivamente.

Por eso el periodismo es caro y se necesita que alguien lo pague.

Cuantas veces me han pedido cubrir eventos a lo cual tengo que desistir, primero porque no vivo en Santiago sino que en la Región del Maule y segundo porque eso implica gastos de alojamiento, pasajes, comida y otros, lo que implica gastar tranquilamente unos 350.000 – 400.000 pesos en un fin de semana.

Es sabido que Chile es un país donde el deporte no es lo más importante, sobre todo para los medios masivos. Santiago 2023 demostró que la población si tiene interés en otras disciplinas, pero tras los Juegos la situación informativa sigue igual, con el fútbol acaparándolo todo.

No creas por eso que odio el fútbol. Soy hincha del fútbol y lo disfruto, pero no deberíamos tener que enfocar todo en un deporte, dejando de lado disciplinas donde incluso tenemos campeones mundiales. ¿Cómo vamos a construir un país con cultura deportiva si se le da poco espacio a otras disciplinas deportivas? ¿Cómo queremos organizar unos Juegos Olímpicos si el resto del tiempo no hablamos ni seguimos otros deportes?.

Estos 16 (casi 17 años) no han sido fáciles para El Deportero y por eso es tan necesario tu compromiso. Si queremos un país con mejor información deportiva, en vez de quejarte de los programas de relleno de TNT Sports Chile o ESPN así como de esos programas donde más importa la polémica o la cuña que después se sube a redes sociales, apoya a quienes de verdad se la juegan por informar, y bien, del deporte chileno.

El periodismo depende de los ciudadanos y este medio quiere ser un servicio informativo pero también mostrarte la realidad de nuestros/as deportistas. Para eso es necesario tu apoyo, el cual sirve para no depender de empresas, magnates o casas de apuestas deportivas.

Por ahora, este medio se sustenta gracias al valioso aporte de 10 valientes suscriptores que han apostado por El Deportero. Gracias a ellos y ellas se pueden pagar, raspando, los gastos de contabilidad (alguien tiene que hacer la Operación Renta, que yo no me manejo en el tema), hosting y licencia de Google Workspace. De sueldos, ni hablar (ni yo cobro sueldo).

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Desde ya, gracias por tu apoyo.

Escrito por Daniel Arellano
Foto:
marketingdirecto.com

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