Rodrigo Pichún (20 años) es seleccionado nacional de deportes subacuáticos, campeón panamericano de apnea en el torneo realizado en Santiago el año pasado además de tener una destacada actuación en el Panamericano de Natación con Aletas que se disputó en Colombia, también en el 2019.
Conversamos con Rodrigo sobre su historia deportiva, las disciplinas que practica y como ha sobrellevado la pandemia del coronavirus, que tiene el Centro Acuático del Estadio Nacional cerrado desde la segunda quincena de marzo.
¿Como fueron tus inicios en el deporte? ¿Llegaste de inmediato a los deportes subacuáticos o previamente practicaste alguna otra disciplina?
Podría decir que comencé de inmediato con las actividades subacuáticas. Cuando entré a practicar algo en el agua, comencé de inmediato con ellas. Antes igual hacía deporte, como por ejemplo jugaba football americano, jugaba básquetbol, fútbol, cosas así. Pero ya, como entrenar, entrenar, el primer deporte al que le dediqué tiempo fue a las actividades subacuáticas.
¿Cómo conociste las disciplinas que actualmente practicas?
Lo conocí a través de un taller que se hizo en mi liceo. Yo estaba en segundo medio y llegó un taller de la Federación, a través del IND, como una escuela EDI (Nota de la redacción: Escuelas Deportivas Integrales) creo que se llaman ahora, de actividades subacuáticas al liceo y ahí nos llevaron todo el equipo. Nos dijeron que necesitábamos solo saber nadar para poder usar la piscina y comenzar a practicar estas actividades
¿De inmediato decidiste enfocarte a la apnea y a la natación con aletas, o eso se fue dando en el camino?
Se fueron dando en el camino. Quizás, porque la natación con aletas es la iniciación a conocer los implementos, a conocer el entorno subacuático y va llevando a lo demás.
Lo que he entendido yo y lo que he hablado con gente de afuera es que la natación con aletas es el mejor inicio para los más jóvenes, para que partan en el deporte porque es menos riesgoso ya que la apnea, por ejemplo, igual tiene un riesgo asociado. Entonces, cuando son muy chicos no les podemos enseñar apnea, pero a medida que van alcanzado una mayor edad se les puede enseñar algunas técnicas y cosas así.
Entonces, todas las actividades tienen requisitos previos para poder practicarlas y uno de esos es la edad. Lo que tiene menos requisitos es la natación con aletas , por eso partí con esta disciplina.
Además, agregaría que acá en Chile tampoco es que hayan más actividades subacuáticas. La Federación y toda la gente que está en el entorno ha tratado de potenciar en estos últimos años la natación con aletas y la apnea, que son como lo más fácil.
También está la pesca submarina, que tiene su camino aparte, que llevan mucho tiempo trabajando en ello. Pero por ejemplo, el hockey subacuático, el rugby subacuático u otro tipo de competencias no se hacen mucho acá porque no hay gente que las practique. Esas como que recién están llegando a Chile.

Para la gente que no conoce los deportes subacúaticos, ¿cómo podrías explicarle, de una manera sencilla, en que consisten tanto la apnea como la natación con aletas?
La apnea y la natación con aletas se clasifican como una actividad subacuática porque la mayoría del tiempo la persona está con las vías respiratorias bajo el agua.
En el caso de la natación con aletas, el deportista respira a través del esnorquel. El tipo de pruebas son muy parecidas a la natación clásica. Hay competencias de distancia, igual que en la natación clásica: 50, 100, 200, 400, 800 y hasta aguas abiertas, que son 4 kilómetros. Se pueden ocupar monoaletas y bialetas.
La apnea es un poco más complicada y distinta. Básicamente es aguantar la respiración. La idea es ver quien está mayor tiempo bajo el agua o quien avanza una mayor distancia bajo el agua con una sola respiración. En las primeras, uno respira y mete la cara al agua. Si aguanta, por decir algo, 1 minuto, ese es su tiempo de apnea. Hay otras competencias en que se ve quien avanza más distancia bajo el agua. Uno se pone al inicio de la piscina, respira y si hace 50 metros, por ejemplo, esa es su máxima distancia. También hay competencias que son de profundidad, competencias de jam blue, no limits, pero esas son de otro tipo.
¿Cual ha sido el logro deportivo que te ha dado más satisfacción en tu carrera?
Podría decir que el Panamericano de Apnea fue lo que me ha dado más satisfacción. Quizás porque nos preparamos tanto, fue acá en Santiago, entonces asistió a la competencia mucha gente que conocía así que fue muy bonito estar ahí, frente a todos
Hablaste de los esfuerzos que se hacen, por parte de la Federación, para masificar estos deportes. A tu juicio, ¿qué falta para que una mayor cantidad de gente se interese en practicar o en seguir, como publico, los deportes subacuáticos?
Lo que falta, creo más que nada, es que se formen más instructores, más gente que esté dispuesta a enseñar estos deportes. Por ejemplo, la apnea tiene potenciales riesgos entonces si cualquier persona se pone a entrenar apnea sin conocer esos riesgos se puede asustar y puede terminar diciendo «no, sabes que no voy a seguir entrenando esto porque siento que no me está haciendo bien». En ese sentido, no cualquiera puede enseñarla. Se necesita información para enseñarla, al igual que la natación con aletas.
No mucha gente conoce una monoaleta ni que se puede competir con bialeta y un esnorquel frontal, entonces se van por lo que conocen más que es la natación clásica. Podría decir que falta que se difunda un poco las actividades subacuáticas y que se formen más instructores o más personas que estén dispuestas a enseñar estos deportes.
Actualmente estás estudiando Ingenieria Civil en la Universidad de Chile. ¿Ha sido complicado poder entrenar y estudiar al mismo tiempo?
Si, se hace bien complicado, más que nada por el tiempo y por los descansos. Por ejemplo, en la semana, antes de todo esto, yo entrenaba todo los dias, de lunes a viernes. Entrenaba y asistía a clases. De repente llegaba a clases medio dormido, tenía que estar comiendo en clases para poder mantenerme despierto. A veces llegaba a entrenar así cansado y le decía a mi entrenador «estoy medio cansado porque tengo hartas cosas en la cabeza» y el me decía «ya, vamos a hacer algo más tranquilo». Pero si igual complica harto estudiar y entrenar, más que nada porque si uno no tiene un buen orden de las cosas, si una semana pasa algo distinto, se te desenreda todo y se va todo un poco de las manos, entonces después cuesta volver a ordenarse.
Por ejemplo, cuando yo viajo a competencias tengo que dejar de asistir a clases por 2 o 3 semanas. Una vez casi falté a clases un mes y medio, aproximadamente. Entonces, volver de nuevo a clases después de tanto tiempo sin estar ahí fue duro. Se me complicó harto el semestre, estuve salvando todos los ramos en los exámenes, entonces si me ha complicado mucho.
Como no es un deporte que se practique dentro de la U, tengo que saber dar explicaciones a los profesores, con certificados propios e ir a hablar con ellos como «profesor, sabe que practico este deporte, la U no me puede dar un certificado pero me puedo conseguir un certificado con la Federación, lo puedo venir a dejar para que me de permiso para asistir». Entonces, tengo que estar haciendo ese papeleo.
Al final los profesores tampoco tienen muchas facilidades en la Universidad. La única opción que les dan es que yo falte a controles y de mis exámenes con un mayor porcentaje para reemplazar esos controles que perdí. Por ejemplo, si mi examen valía 40% y falte a un control que valía 20%, mi examen va a valer el 60% y así se me van juntando a fin de semestre varios ramos, entonces como que la última parte de cada semestre es bien dura de cerrar.
Por otra parte, siento que me ayuda estudiar y entrenar porque es una forma de liberarme y salir un poco de lo que es la Universidad, aunque suene contradictorio. El deporte me ayuda a despejarme un poco de lo que son los estudios y de todo lo que es su carga académica.
Tampoco dejaría de hacer una cosa por privilegiar la otra. Si hago una sola, me voy a estar haciendo mal a mi mismo, por decirlo de alguna manera. Si me pongo a estudiar y dejo de entrenar, me voy a estresar con la Universidad pero si me pongo solo a entrenar, también se que de esto no puedo vivir más adelante y tampoco es algo que yo diga «quiero vivir de esto, me encanta hacer esto». Se que es como un hobby para mi y lo hago de esa manera.

Además de compatibilizar deporte y estudios, ¿qué otras dificultades se han presentado durante tu carrera deportiva? ¿Como ha sido, por ejemplo, el tema del financiamiento? ¿Tienes algún apoyo estatal, algún auspiciador?
Por lo general, los temas de financiamiento de mis competencias son compartidos con la Federación. No soy alguien que busca competencias para asistir. Espero que la Federación me llame a alguna competencia y si estoy disponible para asistir, les confirmo.
Cuando la Federación te llama ellos tienen cubierta la inscripción, la estadía y la comida. Yo solo tengo que poner un resto que sería para cubrir necesidades extras que tenga en la competencia o cubrir días extras de entrenamiento.
Por ejemplo, cuando vamos a competencias de profundidad, es donde se requiere una mayor cantidad de financiamiento porque se requiere que esté, por lo menos, un mes antes en el lugar de la competencia, más que nada por la aclimatación al ambiente y porque para bajar profundo necesito estar bajando profundo. Entonces si me voy tres días antes, no voy a poder realizar una buena marca.
Para que se entienda mejor, acá en Chile, cuando vamos a entrenar bajamos hasta un máximo de 30 metros, por temas de seguridad. Si yo salgo a competir afuera no puedo pretender bajar 60 u 80 metros en el primer día porque mis pulmones no van a estar adaptados a esa profundidad y eso me puede provocar una lesión pulmonar por la presión que se tiene a 60 metros.
Para ese tipo de competencias si necesito más financiamiento, porque necesito estar más días. Ahí, por lo general, siempre trato de buscar apoyo con gente, la Municipalidad algunas veces me ha apoyado, compañeros también me han apoyado, amigos, mis papás. De implementos no necesito tanto, porque ya he conseguido la mayoría pero si puedo decir que me he visto complicado en algunas competencias por financiamiento, principalmente cuando yo trato de buscar una competencia. En varias ocasiones espero que la Federación me de una oportunidad de parte de ellos para asistir y ahí me agarro de esa oportunidad que me dieron y así al final gasto menos.
Ahora si tengo un auspiciador. Soy embajador de la marca Cressi quienes me financian con trajes y aletas cuando lo requiero. Mi profe tiene una empresa que se llama Profins, de la cual también soy un embajador, que también me apoya con facilidades para conseguir los implementos.
Tocaste el tema de la implementación ¿Qué tan caro es practicar tanto la natación con aletas como la apnea?
Los implementos no son caros y son de alta durabilidad. Si uno se compra un par de aletas, sale unos $15000, pero puedes estar 2 a 3 años nadando con ellas, fácilmente, por ende no es caro practicar estos deportes. Si uno los cuida, no tendrían porqué romperse. Además, no se requieren tantos implementos. Para la apnea, por ejemplo, uno necesita, para partir, solo traje de baño y un gorro.
Para la natación con aletas se requieren algunos tipos de aletas para las competencias más que nada. Son aletas establecidas, más que nada para que no tengan problemas en la piscina, problemas de movilidad además que existen algunas aletas más cómodas que otras y ahí depende del dinero que uno quiera invertir.
En general no son deportes caros, cualquiera los podría practicar y los clubes siempre tienen un stock de implementos. Por ejemplo, el club al que pertenezco, si uno va y se inscribe presta las aletas y el esnorquel. Lo único que la persona necesita para partir es un traje de baño y un gorro.
¿En que etapa del año deportivo te encontró el aviso de la suspensión de las actividades producto del coronavirus?
Me encontró volviendo a la piscina. Estaba volviendo a entrenar, a ordenar el horario, con todo lo que era el entrenamiento y pum!!, sin piscina, sin nada.
Durante el verano, estos últimos dos años, he trabajado de salvavidas, por lo que aprovecho de nadar en aguas abiertas y hacer algo en el mar durante las vacaciones. Justo estaba volviendo a Santiago y ya tenía todo un poco ordenado, de como iba a ser el entrenamiento y que íbamos a preparar durante el año.
¿Como han sido estas semanas sin poder asistir al Centro Acuático y sin competencias? Estás entrenando en casa, sigues alguna pauta de tu entrenador?
Sigo entrenando en casa, sin piscina, porque no tengo, pero si actividades en seco, tratando de llegar en buen estado para cuando se pueda reabrir la piscina. Hago entrenamiento físico, que sería para compensar un poco el cuerpo. Para no olvidar lo que es la apnea hago estiramientos, yoga, ejercicios de respiración. Mi entrenador, Diego, me manda tablas y pautas para entrenar en seco. Con Jorge, que es mi preparador físico, entrenamos vía Zoom durante la semana haciendo rutinas de ejercicios, trabajos de fuerza y trabajos de potencia. Además, estoy con una pauta de nutricionista, para no subir tanto de peso en esta cuarentena (risas).
Gracias por leer esta nota. Ahora queremos pedirte una gran ayuda…
Detrás de El Deportero no existe un acaudalado empresario poniendo plata todos los meses, ni un banco, ni un holding comunicacional, ningún partido político, entidad gubernamental o ligada al deporte chileno. Eso permite la total independencia del medio. Pero también implica necesitar la ayuda de todos los visitantes del sitio, porque sencillamente no tenemos a quien más recurrir.
¿Como puedes apoyarnos? Haciendo una donación por $1000, $4000, $6000, $8000, $10000, $20000, $25000 o una suma mayor, dependiendo de tus posibilidades económicas.
La donación puedes realizarla vía transferencia electrónica, usando los siguientes datos:
Cuenta: Cuenta Vista BancoEstado 445-7-032347-1
Nombre: Empresa Periodística El Deportero Comunicaciones SPA
RUT: 76976459-3
Mail: contacto@eldeportero.cl
De antemano, mil gracias por todo el apoyo brindado en estos momentos!!!
Entrevista realizada por Daniel Arellano
Foto principal: Gentileza Rodrigo Pichún
Fotos: Archivo CMAS Chile y Laura Babahekian